domingo, 31 de diciembre de 2017

La primera mujer a cargo de los museos del Vaticano ya ha puesto su sello

Barbara Jatta, la primera directora de los museos vaticanos, en la Sala de los Animales del Museo Pío Clementino este mes CreditMattia Balsamini para The New York Times





Por FARAH NAYERI para New york Times
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CIUDAD DEL VATICANO — Los hombres han gobernado Ciudad del Vaticano desde que se estableció como un Estado independiente en 1929. Sin embargo, hace un año, una mujer se unió a los altos rangos: Barbara Jatta, la primera directora de los Museos Vaticanos.
En los 12 meses desde su nombramiento, Jatta ha puesto su sello en el cargo y ha resistido a algunas de las iniciativas de sus predecesores y forjado su propio camino.
Jatta fue la única mujer en una lista inicial de seis candidatos y fue elegida por el papa Francisco. Ha estado en ese puesto desde enero y está a cargo de unos 200.000 objetos y una serie de museos, apartamentos papales, patios de esculturas y otros sitios, incluyendo la Capilla Sixtina.
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Visitantes en frente del Torso del Belvedere en la Sala de las Musas CreditMattia Balsamini para The New York TimesLa capilla es uno de los lugares más sagrados de la Iglesia católica, donde se elige a los papas. También se llena casi a diario con multitudes cada vez más grandes que se reúnen ahí para observar el famoso techo de frescos de Miguel Ángel. Los Museos Vaticanos señalan que se espera que el número de visitantes en 2017 alcance una cifra récord y exceda significativamente los seis millones que el predecesor de Jatta, Antonio Paolucci, definió como el límite máximo anual. Los totales ascendentes plantean el desafío más difícil a la dirección de Jatta.
Jatta es amigable pero firme y expresa grandes ambiciones para ella y la institución. En una entrevista, dijo que había trabajado durante veinte años en la Biblioteca del Vaticano y dirigido el departamento de grabados desde 2010. Cuando escuchó acerca de su nominación para el papel de los Museos Vaticanos, dijo: “Primero me pareció impactante enfrentar un cambio tan grande”.
En cuanto a su género, Jatta dijo: “No me di cuenta de lo que significaba sino hasta que comencé a trabajar en ese puesto. Siempre que asistía a conferencias o eventos públicos, muchísimas mujeres se me acercaban y decían: ‘Estamos orgullosas y de alguna manera también nos estás representando’”.
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Una escalera diseñada por Giuseppe Momo en los museos vaticanos CreditMattia Balsamini para The New York Times

Eike Schmidt, el director alemán de la Galería Uffizi en Florencia, dijo que el nombramiento de Jatta era una señal positiva. “Dentro del Vaticano, dominado por hombres, darle un papel tan prominente a una mujer fue una muy buena noticia”, dijo, y agregó que esperaba que el mundo de la cultura pronto estuviera “más allá” de las consideraciones de género y “tomara en cuenta a la gente por lo que hizo y lo que hace”.

Un curador que ahora trabaja para Jatta, Maurizio Sannibale del Museo Gregoriano Etrusco, dijo que la conocía desde que eran estudiantes en Roma. La describió como una mujer “afable, decidida y sensible”, y dijo que “sabe cómo ponerse retos a ella misma”.

Dirigir los Museos Vaticanos es un trabajo colosal. Jatta es responsable de la preservación, exposición e intercambio de conocimiento de los tesoros acumulados por los papas a lo largo de los siglos, incluyendo las vastas colecciones egipcias y etruscas, la escultura Laocoonte del siglo primero a.C., y la pintura San Jerónimo de Leonardo da Vinci, del siglo XV. Con su alcance, historia y calibre, los museos hacen que el Palacio de Versalles parezca una vistosa empresa emergente.
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Una terraza con vista al domo de la Basílica de San Pedro CreditMattia Balsamini para The New York Times

Secciones enteras de los museos están en remodelaciones ordenadas por Paolucci, un antiguo ministro de Cultura que fue director durante nueve años y que antes había dirigido los museos de Florencia. Las remodelaciones incluyen las obras de un patio público del siglo XVI conocido como la Cortile della Pigna (uno de los muchos proyectos respaldados por los Patrones de las Artes en los Museos Vaticanos).
El turismo es un sustento no solo de los museos, sino del Vaticano como un todo. De los 100 millones de euros (119 millones de dólares) en ingresos anuales generados por los museos, aproximadamente la mitad va al Estado, de acuerdo con Paolucci.
Eso complica el trabajo de cualquier director. Al igual que el hecho de que muchos de los sitios del museo tengan una importancia artística y religiosa, comenzando con la Capilla Sixtina.

Seis días a la semana, y el último domingo de cada mes, multitudes de visitantes pasan por las obras maestras de Tiziano y Caravaggio, así como por una serie de habitaciones que pintó Rafael para llegar a la capilla de Miguel Ángel. En una tarde reciente, el recinto sagrado estaba lleno de adultos que miraban boquiabiertos el techo, bebés en carriolas y guías turísticos con banderas. Los guardias callaban periódicamente a la multitud y entraban para evitar que las personas tomaran fotografías.
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Dentro de la Pinacoteca, uno de los museos vaticanos, con un modelo preparatorio de un ángel por Gian Lorenzo Bernini CreditMattia Balsamini para The New York Times

El sudor y el aliento de millones de visitantes, así como el polvo que traen, ponen en peligro los frescos de la capilla, según descubrieron los equipos de conservación del Vaticano. Paolucci una vez previó una Capilla Sixtina virtual en las instalaciones del museo: una réplica de tamaño completo o una simulación digital que las multitudes podrían experimentar para limitar la congestión. También anunció que las visitas sin cita finalizarían una vez que las cifras llegaran a seis millones al año. A partir de ese momento, dijo, las entradas tendrían que comprarse en línea y por adelantado.
Sin embargo, Paolucci se fue sin presentar sus planes.
Jatta, que trabajó bajo el mando de Paolucci como subdirectora y sucesora natural a partir de mediados de 2016, dijo que estaba en contra de impedir el acceso sin cita a los museos, aunque los totales de 2017 parecen mostrar otro aumento significativo en las multitudes, casi del 10 por ciento. “Si fueras un visitante que desea ver la Capilla Sixtina, llegaras a Roma y te dijeran que no puedes verla, ¿qué harías?”, preguntó. “También somos un museo con valor moral y espiritual. La Capilla Sixtina también es una capilla y eso es algo que no se puede olvidar”.
En cuanto a una Capilla Sixtina virtual, requeriría demasiado espacio y les costaría más a los visitantes, dijo. En vez de eso, los Museos Vaticanos han aconsejado crear un espectáculo multimedia envolvente(con una banda sonora de Sting) que se inaugurará en marzo en un auditorio cerca del Vaticano e ilustrará la historia de la Capilla Sixtina.

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La Galería de los Mapas Geográficos en el Vaticano CreditMattia Balsamini para The New York Times

Además del tránsito de visitantes, Schmidt dijo que las colecciones del Vaticano, que comenzaron hace casi dos milenios, son “una de las colecciones de arte más duraderas que tiene la humanidad”. Tienen “una importancia casi única en todo el planeta”, agregó.
La misión de Jatta, como la describió, es “encontrar una manera de que los visitantes las vean en las condiciones apropiadas”.

jueves, 28 de diciembre de 2017

Llega una muestra con obras de Leonardo Da Vinci, Rafael y El Greco al Museo de Bellas Artes


CULTURA
El 2018 arranca fuerte en marzo con una gran exposición que viene desde Hungría.

publicado en Clarin
(CABA) Una muestra con obras de Leonardo Da Vinci, Rafael y El Greco, entre otros artistas inmensos. Un homenaje a Nicolás García Uriburu, a 50 años de la performance en la que tiñó de verde el Gran Canal de Venecia. La exposición del tapiz que Francia le donó a la Argentina en 1917, restaurado. Esto serán algunos de los puntos altos del 2018 en el Museo Nacional de Bellas Artes.
Su director, Andrés Duprat, adelanta detalles mientras en las salas de Museo todavía se puede visitar las exposiciones de Joan Miró y Auguste Rodin, dos de los hitos del año que se va.

El 2018 arranca fuerte en marzo, con una gran exposición que viene directo desde Hungría: pertenecen al Museo de Bellas Artes de Budapest y a la Galería Nacional de ese país. Allí estará el Guerrero a caballo, una escultura de bronce que Leonardo da Vinci creó en la primera mitad del siglo XVI. El guerrero estará acompañado por obras de Rafael, de Rubens, de Tiziano, del Greco, de Goya, de Murillo, de Vasari y de Lucas Cranach, entre otros grandes. Va a estar curada por Ángel Navarro, quien las relacionará con otras obras pertenecientes a la colección del Bellas Artes.
En mayo se verá el tapiz restaurado. “Es una obra con manufactura gobelina, fue un regalo oficial del que hace poco se cumplieron 100 años”, comenta Duprat: un Gobelin es un tapiz que fue creado por la Manufactura Real de los Gobelinos de París, o una imitación suya. “El tapiz fue retirado de la Casa Rosada, en donde estaba, y actualmente lo están restaurando en Francia. Cuando vuelva a la Argentina se incluirá en una muestra de tapices antiguos y modernos, nacionales e internacionales, en la que habrá también tapices de artistas como Louise Bourgeois, Henri Matisse, Joan Miró o Alicia Penalba”.
Hacia junio llega la muestra de Nicolás García Uriburu, que murió el año pasado, y luego “una pequeña exposición de Guillermo Roux con lo último de sus trabajos: dibujos picarescos, realizados con humor sobre cuadernos”, cuenta Duprat. La muestra se hará junto con la Casa de la Cultura Popular de Barracas.
“Para el segundo cuatrimestre estamos preparando una gran exposición del pintor inglés William Turner”, dice Duprat. Será una exposición importante: nacido en Londres en 1775, Turner fue un original artista romántico especializado en paisajes, que puso gran atención al tratamiento de la luz y el color. Se verán acuarelas que pertenecen a la colección de la Galería Tate de Londres. NR

lunes, 11 de diciembre de 2017

El FNA anuncia los ganadores del concurso de medios audiovisuales 2017










Los cineastas Matías Magnano, de Córdoba; Lucía Tebaldi y Micaela Gonzalo, de la Ciudad de Buenos Aires, y Carlos Castro, de La Plata, son los principales ganadores del Concurso de Medios Audiovisuales 2017 del Fondo Nacional de las Artes (FNA), en el que se presentaron más de 1000 obras.
El certamen distingue documentales y guiones inéditos con un primer premio de $100.000; un segundo premio de $ 60.000; y un tercer premio de $ 40.000. Este año, además, para incentivar la producción emergente de cortos se otorga un primer premio de $75.000, un segundo de $50.000, y tres terceros premios de $25.000 cada uno.
“La historia de los premios del FNA está marcada por la innovación del lenguaje, el desafío de las normas y la exploración de nuevas técnicas y modos. Las artes audiovisuales no fueron la excepción, si pensamos en las ayudas a los legendarios titanes de los ´60 y ´70, como Leopoldo Torre Nilsson, Simón Feldman o Alberto Fischerman”, explica Sergio Wolf, director de Cine en el organismo. “Pero en esta época de cambios en el cine, con menos restricciones y explosión de escuelas, formatos y accesos, la elección de proyectos, cortos y films documentales obligó a redoblar la atención en seleccionadores y jurados. Desde su creación en 1958, el Fondo siempre homenajeó la obra de los grandes y premió el futuro. Estamos seguros que estos premios serán el recuerdo del futuro”.
El jurado 2017 estuvo compuesto por Anahí Berneri, Ulises Rosell y Gustavo Malajovich, para Cortometraje; por Ignacio Masllorens, José Luis García y Nicolás Prividera para la categoría Largo Documental, y Ana Katz, Agustín Mendilaharzu y Pablo Chernov, en guión.



En largo documental, el primero premio fue para Carlos Castro, por “
Regreso a Coronel Vallejos”; el segundo a Jorge Leandro Colas, por “Los Pibes”; y el tercer puesto para Florencia Reznik por “Pervomaisk”. Felipe Yaryura obtuvo una mención por “Figuras”.
Lucía Tebaldi y Micaela Gonzalo obtuvieron el primer premio en guion de ficción por su obra“La chica nueva”, mientras que Ulises Porra Guardiola, por “Los sucios”, y Arturo Castro Godoy, de Santa Fe, por “Aire”, recibieron el segundo y tercer lugar, respectivamente.
En cuanto a los cortometrajes, Matías Sebastián Magnano fue distinguido con el primer premio por “Guacho” y Paula Bugni y Rafael Federman con el segundo por su filme “Luis”.
Este año, para incentivar la producción emergente de documentales se otorgan tres terceros premios de $25.000 cada uno. Así, fueron reconocidos Martina Juncadella y Martín Vilela, por “Fiora”; Dario Ezequiel Ambrosio, por “39 cuerpos”, y Paola Buontempo, por “Las fuerzas”.




domingo, 10 de diciembre de 2017

¿La verdadera razón por la que Van Gogh le cortó la oreja? Para dárselo a una sirvienta que trabaja en un burdel


Bernadette Murphy comenzó el proyecto para descubrir por qué Van Gogh se cortó la oreja
Cree que lo hizo para dárselo a una prostituta, Gabrielle, que tenia una horrible cicatriz en su brazo
Ella creía que el pintor imaginaba que sería un regalo de simpatía para ella

por Bernadette Murphy para Daily Mail


Todo el mundo sabe que Vincent Van Gogh se cortó la oreja. Podría ser el hecho más famoso sobre cualquier artista, confirmando claramente la creencia de que hay un precio oscuro por el regalo de ver el mundo en un color tan luminoso.
Pero, ¿qué sabemos realmente sobre la extraña serie de eventos que tuvo lugar en la ciudad francesa de Arles la noche del 23 de diciembre de 1888?¿El holandés se cortó la oreja entera (seguramente bastante difícil?) O solo el lóbulo, como los historiadores sensatos en el Museo Van Gogh en Amsterdam nos han estado diciendo durante años. ¿Realmente le presentó la carne que le había quitado a una prostituta llamada Rachel como una token de amor?Todo el mundo sabe que Vincent Van Gogh se cortó la oreja. Pero, ¿qué sabemos realmente sobre la extraña serie de eventos que tuvo lugar en la ciudad francesa de Arles la noche del 23 de diciembre de 1888?
¿Se inspiró en la tradición taurina en la que los matadores dan los oídos de los toros asesinados a las chicas de la multitud?
Los estudiosos han dedicado sus vidas a desmenuzar la historia de vida de Van Gogh, pero las preguntas se mantuvieron hasta que una mujer británica de poco más de 50 años, con poco interés previo en la artista, cuyo trabajo pensó 'abusado' en paños de cocina e imanes de nevera, se irritó con una número de inconsistencias en el mito popular.
Bernadette Murphy se fue de vacaciones a Provenza en 1994 y nunca regresó. Al igual que Van Gogh, 100 años antes, ella se dejó seducir por la cultura al aire libre y la intensa luz del sol que realzaba todos los colores a la "belleza todopoderosa" en la que el artista se sumergió durante sus últimos años, el más exitoso en términos artísticos.
Cuanto más familiar se volvía Murphy con la región, más se daba cuenta de que algunos detalles en la versión aceptada del desglose de Van Gogh 'eran ilógicos para alguien que vivía en la localidad'.
Y esas pequeñas discrepancias le hicieron pensar: 'Si eso está mal, ¿qué más está mal con la historia?' Las 'peripecias' de Murphy la impulsaron a un proyecto de investigación que la llevó a construir una base de datos meticulosa de las 15,000 personas que vivían en Arles en ese momento. .
Ella fue ayudada en su búsqueda extraordinaria por una nueva publicación de las cartas de Van Gogh, incluidos los informes de sus "visitas de higiene" a los burdeles locales que fueron pasados ​​por alto en ediciones anteriores.
Este libro tiene el ritmo de una novela de detectives, enviando sangre fresca a través de un cuento antiguo mientras Murphy recrea el desgarrador drama del desprendimiento de Van Gogh de la realidad.
Él había sufrido con su salud mental toda su vida. Se han ofrecido muchos diagnósticos retrospectivos, que incluyen epilepsia, esquizofrenia y alcoholismo.
Murphy tiende hacia un veredicto del desorden bipolar y el uso de sólidos controles de datos desacredita la idea de una adicción bohemia a la absenta.
No había absenta almacenada en el bar favorito de Van Gogh, y en las pocas ocasiones en que se refiere a la bebida en sus cartas de Arles, la usa para describir los verdes brillantes que ha pintado.
Tan meticuloso y metódico como el mejor detective ficticio, Murphy estudió los informes policiales contemporáneos para recrear la "escena del crimen" en la que manchas de color herrumbre marcan las paredes de la casa que Van Gogh comparte con el pintor Paul Gauguin.
Ella cree que se cortó la oreja "deliberada y conscientemente" (la máquina de afeitar habría cortado el cartílago "como mantequilla") frente al mismo espejo que utilizó para pintar sus autorretratos, y luego se dirigió a la cama, donde la policía lo encontró inmóvil. en un charco de sangre a la mañana siguiente.
Presumiéndolo muerto, de inmediato arrestaron a Gauguin por su asesinato. Murphy hace un breve análisis del relato de auto exculpación dado por el ególatra Gauguin en sus memorias décadas más tarde, mostrando en cambio que abandonó a Van Gogh para soportar un colapso mental solo y era poco probable que hubiera huido por temor a un ataque, como afirmaba.
Murphy vence a los expertos cuando descubre un boceto del médico que trató a Van Gogh, mostrando que, de hecho, le cortó la oreja por completo. Pero más significativamente, ella rastrea a la "Raquel" a quien le dio.

La chica se llamaba Gabrielle. Ella no era una prostituta, sino una doncella que trabajaba en el burdel. Gabrielle tenía graves cicatrices en el brazo después de ser mordida por un perro rabioso cuando era niña, sus heridas cauterizadas por un hierro al rojo vivo.
Murphy presenta el caso conmovedor de que el pintor hiper-empático simpatizaba profundamente con esta mujer joven dañada y oprimida y que, en su trastorno, imaginaba que el regalo de su propia carne sana podía restaurar la de ella.
Ciertamente, tiene sentido en el contexto de la afirmación de Gauguin de que Van Gogh había llegado a 'creerse a sí mismo un Cristo' cuyo impactante acto tenía ecos de la Santa Cena: toma esto, este es mi cuerpo.


El libro de Murphy rescata al verdadero Van Gogh de los vagos clichés de los recuerdos de toallas de té pintando un retrato eléctrico y matizado de un hombre que logró brillantez artística a pesar de sus problemas de salud mental y no por causa de ellos.
Al hacerlo, ella permite una versión de su historia


El insecto que tiñó el poder y el arte europeos de ‘rojo mexicano’

Por ELISABETH MALKIN para New York Times
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CIUDAD DE MÉXICO — Junto con la plata y el oro, las primeras naves que zarparon del Nuevo Mundo después de la Conquista española transportaban otro tesoro: un colorante natural que producía un rojo tan intenso que los artistas europeos lo adoptaron de inmediato.
El comercio de este pigmento produjo una gran riqueza para la Corona española y proporcionó la paleta de rojos que teñiría el arte sacro y secular europeo durante más de tres siglos.
Una exposición que estará abierta al público hasta el 4 de febrero en el Palacio de Bellas Artes de Ciudad de México, Rojo mexicano. La grana cochinilla en el arte, rastrea el origen del color desde las zonas montañosas de la Mesoamérica prehispánica hasta Europa. Allí se le asoció cada vez más con la proyección de poder durante los siglos XVII y XVIII. La grana cochinilla decayó en el siglo XIX, a medida que se introdujeron los pigmentos sintéticos, pero más tarde los impresionistas comenzaron a buscarla.


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La cochinilla, el insecto mexicano que es la fuente del colorante, en exhibición como parte de la exposición en Ciudad de México CreditMarco Ugarte/Associated Press

Con base en un simposio de 2014 organizado por el museo, la exposición y su nutrido catálogo reúnen gran parte de los estudios de la grana cochinilla. “Esperamos que tenga relevancia no solo para las obras de arte”, dijo Miguel Fernández Félix, director del Museo del Palacio de Bellas Artes. “Aquí se puede hablar de economía; se va a hablar de sociedad y cultura”.
Desde los grandes maestros venecianos Tiziano y Tintoretto hasta Vincent van Gogh, quienes lo mezclaron para crear muchas tonalidades en decenas de pinturas, los artistas buscaban las propiedades del rojo mexicano, que se extrae de un pequeño insecto llamado grana cochinilla. El carmín, escribió Van Gogh a su hermano Theo en 1885, usando otro nombre para designar a la grana cochinilla, el carmín, “el color rojo del vino, es cálido y vivo como el vino”.


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La tercera versión de "La habitación de Van Gogh en Arlés" que usa cochinilla. Vincent Van Gogh comparó el color de la cochinilla con "el rojo del vino". CreditMusée d'Orsay, París

La grana cochinilla es un pequeño insecto parásito que se alimenta del nopal y se cultivaba en México y Perú durante la época prehispánica. La hembra se seca y se tritura para extraer el ácido carmínico rojo, y, al añadir sustancias de distinta acidez, se crean tonalidades que van desde el rosa tenue hasta el púrpura intenso. (El colorante todavía se usa).
La exposición comienza con una pieza de tela que data de tres siglos antes de Cristo y su tinte rojo aún es visible. El colorante se utilizó en los códices prehispánicos ilustrados y en los códices producidos aproximadamente durante la época de la Conquista española en 1521.
Las crónicas españolas de la Conquista se maravillaron con los colores vivos de la grana cochinilla en los productos que se comercializaban en la capital azteca de Tenochtitlán y pronto el primer cargamento zarpó rumbo a España. Hacia mediados de siglo, tal como escribe el curador Georges Roque en el catálogo, la grana cochinilla se transportaba a granel hasta Sevilla, España.
Puesto que la grana cochinilla era la fuente de un color rojo más intenso y duradero que cualquier otro color disponible en aquel entonces, su demanda se disparó como colorante para suntuosas sedas, terciopelos y tapicería europeos.


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Un recipiente de pigmento y bolas de estambre rojo teñidas con cochinilla, parte de la exposición en Ciudad de México. CreditMarco Ugarte/Associated Press

Luis XIV ordenó que el tapizado de las sillas de Versalles y las cortinas de la habitación real se tiñeran con grana cochinilla. El comercio era tan rico que la grana cochinilla era la segunda exportación más valiosa de las colonias americanas de España, solo después de la plata y más rentable incluso que el oro, de acuerdo con expertos citados por Georges Roque.
Él argumenta que los pintores adoptaron la grana cochinilla para “obtener tonalidades​ ​tan ricas, tan saturadas, tan brillantes, como las que​ ​producían los tintoreros” en los puertos de los albores de la Europa moderna.
La primera obra europea de la exhibición es La deposición de Cristo de Tintoretto, creada en la década de 1550, en la que el pintor, hijo de un tintorero veneciano, utilizó grana cochinilla en las densas y casi tangibles imágenes de las telas que visten los dolientes.


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“Buenos días, señor Gauguin” (1889), por Paul Gauguin, está en exhibición aunque su uso de la cochinilla no ha sido confirmado.CreditHammer Museum, Los Ángeles

Al igual que Veronese, Tiziano comenzó a usar la grana cochinilla en sus obras a partir de la segunda mitad del siglo; en la exhibición se muestra su obra Martirio de santa Julia.
Como los venecianos, los pintores que adoptaron la grana cochinilla por lo general trabajaban en ciudades portuarias. Georges Roque menciona a Diego Velázquez y Francisco de Zurbarán en Sevilla y a Rubens, Van Dyck y Rembrandt en Amberes y Ámsterdam.
La Magdalena penitente de Zurbarán, de mediados del siglo XVII, se muestra reclinada sobre una mesa cubierta con un rico patrón brocado en rojo. Debajo se muestra un brocado español similar, clara evidencia del vínculo entre la grana cochinilla en la tela y en la pintura.


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"Plano con escala y orientacion, Ciudad de México, Nueva España, 1762-1772" del geógrafo José Antonio Alzate es un mapa que usa cochinilla. CreditMuseo Franz Mayer, Ciudad de México

Velázquez está representado con el Retrato del arzobispo Fernando de Valdés, de la Galería Nacional en Londres, enmarcado por una suntuosa cortina roja que simboliza su poder espiritual y temporal.
También en México, los pintores de la Nueva España incorporaron la grana cochinilla en sus obras y en esta exposición se pueden apreciar varios ejemplos, entre los que está una luminosa Virgen de Guadalupe de Cristóbal Villalpando, quien pintó sus atavíos con púrpura intenso, y su obra Los desposorios de la Virgen y San José, en el que la retrata con un vestido rosa tenue.
La escritora Amy Butler Greenfield ha contado cómo los españoles ocultaron el origen de la grana cochinilla para favorecer el monopolio de la Corona sobre ella. Sin embargo, no escatimaban en dar información concerniente a su cultivo y preparación. En el México del siglo XVIII, José Antonio de Alzate, geógrafo y naturalista, publicó un extenso tratado acerca de la cochinilla, que también está en exhibición, junto con su mapa de Ciudad de México, marcado con este pigmento.
Los ingleses también quedaron cautivados con la grana cochinilla, que utilizaron para teñir los tejidos de lana para los uniformes de los oficiales del ejército. Muy pronto, en 1648, el sacerdote y viajero inglés Thomas Gage escribió: “El inglés se asemeja a su sol, rojo, y lo aparenta al vestir de escarlata, siempre que haya grana cochinilla en las Indias”.
La fascinación inglesa continuó: Van Dyck retrató al príncipe Carlos Luis en la corte de Carlos I vistiendo de color carmesí y, más de un siglo después, Joshua Reynolds pintó a Sir James Hodges, oficial londinense, vistiendo de rojo autoritario.


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El retrato al óleo del rey Carlos Luis usa un rojo carmesí intenso.CreditColección de Pérez Simón, Ciudad de México

En la caja de pinturas de J. M. W. Turner, también en exhibición, había grana cochinilla. Para ese entonces, el colorante había perdido su asociación con el poder. Más tarde, los impresionistas y posimpresionistas la utilizaron para sugerir luz y sombra. Un pincelazo sugiere la curva de un músculo en el dibujo Dos bañistas de Paul Cézanne. Pierre-August Renoir pintó a Madame Léon Clapissonsentada en una silla roja con una pared escarlata de fondo, en una probable referencia indirecta a los retratos del pasado.
Pero más que cualquier otro artista, fue Van Gogh quien exploró las propiedades de la grana cochinilla en su análisis del color. La exposición muestra una de las tres pinturas conocidas como La recámara de Van Gogh en Arlés, que Van Gogh pintó en esa ciudad francesa hacia el final de su vida. La grana cochinilla en las paredes y puertas originales, que él le describió a Theo como lila y violeta, y el rosa tenue del piso se han desvanecido, pero su intención persiste.
“En fin”, escribió, “la visión del cuadro debe hacer descansar la cabeza, o más bien, la imaginación”.