jueves, 10 de octubre de 2013

La señora está leyendo, ¿qué leerá la señora?

La señora está leyendo, ¿qué leerá la señora?
publicado por El Caballero Español


Cabe suponer que la señora leía un libro de algún poeta simbolista cuando su marido, el escultor y pintor francés Paul-Albert Bartholomé (1848–1928) pintaba su retrato.
El cuadro –grises humo, dorados brillantes y algún verde seco- muestra a Prospérie (Périe), hija del marqués de Fleury, muellemente reclinada en un diván, leyendo con aparente interés, o haciendo que leía un libro que a lo mejor no era un libro, sino un dibujo.
Su esposo se adhirió al simbolismo, un movimiento que para unos fue el lado oscuro del romanticismo y para otros una reacción literaria contra la Naturaleza y el realismo.
Bartholomé, después de la muerte de su mujer, en 1878, abandonó la pintura, aconsejado por su amigo Degas, y se volcó a la escultura.
Su primera obra fue la erigida en la tumba de su esposa, en el cementerio de Bouillant Crépi-en-Valois.
La obra cumbre de Bartholomé, empero, fue el monumento a los muertos en la Primera Guerra Mundial de Crespi en Valois.
El simbolismo literario español, cuyos principales cultores fueron Salvador Rueda y Gustavo Adolfo Bécquer, dio lugar a un movimiento más general: el modernismo, que empezó en América Latina, donde tuvo representantes tan ilustres como el cubano José Martí, el mexicano Gutiérrez Nájera y algunos posrománticos como el argentino Leopoldo Lugones, el peruano José María Eguren y el nicaragüense Rubén Darío.
Périe salió tal cual era, bella y calma, en el cuadro que le pintó su marido, que aún hacía honor a la descripción objetiva de la que luego abjuró.

© José Luis Alvarez Fermosel

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