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sábado, 11 de septiembre de 2021

Alejandra Fenochio, la pintora que ve lo que nadie quiere

 Por Euge Murillo para Pagina 12


Un recorrido de su impresionante obra puede verse durante septiembre en Munar

Si en el rostro humano pueden advertirse las marcas de la experiencia, en la mirada y la pintura de Alejandra Fenochio es la cartografia del trabajo, las crisis y la supervivencia de les trabajadores lo que aparece como si también fueran retratos. Escenas que la sociedad descarta, obras hechas con escombros que el río-y la mano de la artista- ha convertido en joyas, las caras de quienes habitan y hacen el barrio de La Boca forman un recorrido que puede visitarse como si se atravesara un sueño de luz intermitente en el espacio Munar, en el marco de la Bienalsur durante todo septiembre. 
Una inmersión en una historia común, aun para quienes podrían creerse ajenos.



“Yo, La Boca y la pintura es todo una mezcla” dice Alejandra Fenochio. Y vaya que sí.

Cada vez que la flamante ganadora del último Premio Salón Nacional de Artes Visuales dice “La Boca” se despliega el barrio con el que está fundida como los lingotes de hierro en el puente que cruzan el río Matanza-Riachuelo.


Cuando dice “la pintura” se refiere al material con el que convive desde hace más de 30 años.

Alejandra deambula por su “Calle” (exhibida en el centro cultural Munar durante todo septiembre) de abrazo en abrazo. 
Son pocos los lapsos de tiempo en los que los cuerpos no la contienen. Artistas, vecines, amigues de diferentes épocas, parte de la hinchada de San Telmo. 
En ese vaivén cae en una ronda que forman las mujeres cooperativistas del barrio, vecinas que trabajaron para recuperar el puente de hierro Nicolás Avellaneda después de seis décadas de abandono. 
Ellas posan acercando la mejilla a los pequeños cuadros que contienen sus rostros, se ríen, revisan en la pantalla de sus celulares cómo salió la foto y vuelven a posar. “Ni te imaginás cuando vieron estos cuadros en el Proa”. Dice Alejandra mientras observa la escena.
La calle en pinturas

El centro cultural Munar, que en otro tiempo fue cantina, está alineado con el puente recuperado. De este lado de La Boca, más orillero que Caminito, ahora deshojado de turistas, aparece esta ronda que reúne 20 años de trabajo de Alejandra Fenochio en el marco del La Bienal de Arte Contemporáneo de América del Sur (Bienalsur 2021), en el segmento “Modos de Habitar”, exposiciones lideradas por artistas mujeres hasta diciembre de este año en más de 120 sedes y en 50 ciudades de 23 países.

Alejandra pinta trabajadorxs y se reconoce como una trabajadora del arte: “Cada vez veo más” ¿se refiere a la vista? ¿a esa capacidad que en el mundo de los mortales se va desgastando con el paso del tiempo? Su coartada es permanecer en el barrio y pintar su historia en rostros: “Mi obra básicamente trata de retratos, siento hasta los paisajes como retratos. Creo que eso es lo que impacta. Lo humano que hay en los cuadros”. Aunque sean paisajes, para ella todo es una cara y no es sólo jurisdicción de la tela.




El 1 de mayo pasado -día en el que cumplió 59- pintó un mural de Doña Kuka frente a su casa, registrado en un video documental. 

Doña Kuka era una vecina del barrio que murió en septiembre de 2020 a causa de la Covid, una chaqueña que llegó siendo muy joven a los conventillos de La Boca. En el pincel de Alejandra sostiene un bastón con una mano y con la otra revolea al aire una bandera azul celeste, la del club San Telmo. 
Tiene puesta una remera roja del Gauchito Gil y por detrás la atraviesan los rayos de sol. La vía, los adoquines y el barrio. En esa misma cuadra, a la vuelta del Proa, vivía la doña que mantenía las puertas abiertas los días de partido para calentar los motores de la previa. Ese mural, el grupo de hinchas que se quedó sin “La Kuka” y Alejandra son la clave de la mezcla, pero hay más.

En 2012 Fenochio presentó en Tecnópolis “silvestres vidrios brotaron”, un ecosistema construido en base a una tarea de recolección. Como una espigadora, desde finales de los 90, daba vueltas por la reserva ecológica de la Costanera Sur recogiendo escombros, enamorada de los colores que se iban formando cuando el sol le daba de lleno a los vidrios corroídos por el río. Su taller, que está en el fondo de su casa detrás de sauces y bananeros gigantes, está repleto de esas piezas como parte del mobiliario: hierro de puente, vidrio de basura y piedra de antaño. Pero no fue solo un pasatiempo de la adultez, de niña fantaseaba con trabajar con el desecho: “Cuando era chica soñaba que la gente se iba de la playa y yo me quedaba sola en ese paisaje, juntando las cosas que dejaban, pero siempre en la orilla, junto a lo que traía la corriente”.

Permanecer -atentxs a la coartada- observando sigilosamente todo aquello que transformó con el resto. En esta muestra aparece una parte de “silvestres vidrios brotaron” en el centro del primer salón como gemas que iluminan una calle.

¿Cómo es el puente que une la orilla de “Silvestres vidrios brotaron” con la orilla de “Calle”?

Es un puente del despojo. Lo desechado de la sociedad, las dos orillas se unen por la transformación: el material de la Reserva Ecológica es el resto de construcciones convertidas en flores y las criaturas de los retratos de “Calle” son seres excluídos y convertidos en cuadros.

La muestra tiene dos espacios, en el primero las cooperativistas siguen posando frente a sus retratos. Por ahí también vagabundean “las trans del Muñiz”, un grupo al que le dió talleres de collage y que tampoco se quieren quedar afuera. Le sacan fotos y posan con ella. Nadie se quiere perder lo que en el barrio además de una muestra de arte es una celebración comunitaria.



Al segundo espacio se accede atravesando una tela oscura, allí las criaturas -humanos y no humanos- transformadas en cuadros gigantes aguardan las visitas con un juego de luces que emulan el día y la noche. En ese umbral, que es como los últimos pestañeos de un bebé antes de caer en un sueño profundo, aparecen las escenas: “Trabajo con una perspectiva más orgánica y a la vez onírica. Con una sensación de que vos sorprendiste al otro en una situación íntima. Algo que no tenias que estar mirando en este momento. Pero estás ahí y sos parte de esa escena. Por eso las miradas están tan cargadas”. Cada cuadro le llevó aproximadamente un año, las escenas son también el desecho y el descarte que provocó la crisis del 2001 y más atrás en el tiempo, la dictadura, cuando ella tenía 18 años.

¿Cómo llegaste a imaginar esas luces para estos cuadros?

Lo pensé porque duermo en el taller. A veces ves mejor y otras peor. A veces, se ve el trabajo más originario, la cara toma otro peso con la luz. Este tipo de iluminación involucra mucho más al que ve, la luz te invita a meterte en esa situación.

Hace un rato, un grupo de mujeres cooperativistas se estaban sacando fotos junto a las pinturas de sus retratos.

Eso pasa acá y pasó la primera vez que mostré la serie “Puente” en la Fundación Proa. Me acuerdo que en aquel momento una madre y su hija daban vueltas por la muestra y la hija le preguntaba todo el tiempo: "¿Vos estás segura de que hay un cuadro tuyo acá adentro?"

En 1988 Fenochio fue por primera vez al puente, trabajaba en el Plan Cultural de Barrios en una escuela de La Boca con sus alumnxs. Pero luego no fue más a verlo por el gran deterioro en el que estaba. En 2010 volvió cuando ya estaba restaurado. Se empezó a acercar a quienes estaban involucradxs en ese trabajo, de ahí vienen los 50 retratos como un homenaje a esa gran tarea de recuperación.

Un premio comunitario

Apenas unos días después de la inauguración de la muestra, Alejandra fue galardonada con el Premio Salón Nacional de Artes Visuales por su obra El pandenauta, en la que retrata al chofer de un vehículo en tiempos de pandemia. Durante el 2020 vendió verduras orgánicas en el barrio y de eso también hizo retratos. Son cuadritos pequeños que pueden ser mostrados entre las manos, como si fueran figuritas. Cuesta encontrar cuál es la fruta o la verdura que falta.

¿Cómo fue que te pusiste a pintar frutas y verduras?

Fueron cuadros muy internos, como la pandemia. Gané el premio con el retrato de Fernando (el chofer) y pintaba verduras que era lo que vendía. Todo es muy autobiográfico. Totalmente carnal.

Sobre el premio lo que se escucha por los pasillos de la muestra es algo así como: “menos mal que se lo dieron”.

¿Vos sabés que todos hablan de justicia? A mi me pasan muchas cosas con lo comunitario, mi vida pasa por lo comunitario y entonces yo siento el premio como comunitario. Los cuadros también siento que son de las personas a quienes retrato y de quienes los ven.



¿Qué pensás de la justicia en el mundo del arte?

¿Qué es el mundo del arte? ¿Lo que se vende? Yo no entiendo mucho, para mí toda la gente que está acá es del mundo del arte. Después está la otra parte, por ejemplo a mí me da vergüenza decir los precios de mis obras, lo que pasa es que el arte se convirtió en una cosa muy intangible, que se compra con moneda intangible como las bitcoins. Trato de escaparme de esta intangibilidad y naturalmente no me meto. Entonces cuando muestro es algo así, en donde trato de abrir el lugar en donde estoy.

En ese sentido ¿es un tipo de economía alternativa?

Totalmente. Sin ir más lejos, yo vivo de amasar pan o de vender verduras. Los vínculos comunitarios acá en el barrio generan otra economía, sin duda.
La calle del involucramiento

Al trabajo que expone -algo que no hace muy a menudo- lo considera de impacto porque sostiene una misma línea de búsqueda: un involucramiento que en esta muestra puede apreciarse -también- a través de una propuesta de talleres: Carló Pelela une puentes diminutos en su taller de Metal Creativo; Silvina Babich hace enjuncado en sillas; Lucho Galo da un taller de Gráfica Comunitario de la Bocagrabado y Amina Chachi Azura, realiza un Hapenning- colash tendida en una mesa redonda vestida con un mameluco, un barbijo N95 y una máscara. La consigna es llenar ese mameluco de recortes de revistas y diarios de todo los tiempos. Amina se incorpora y deja la mesa por un rato. Descansa, fuma un cigarrillo pero se queda quieta para que nada se salga, todavía el pegamento está mojado. Al lado suyo, un grupito de gente practica soldadura eléctrica: ¡“máscara”! gritan antes de provocar el cortocircuito que da origen a la soldadura. Quienes no tienen le dan la espalda a ese pedacito de rayo que une los diminutos hierros que forman la réplica en miniatura del Puente Nicolás Avellaneda.

Ese sábado es el cumpleaños de Amina, que vuelve a recostarse en la mesa luego de su descanso. Otra mezcla, otro motivo de celebración barrial. Todos los sábados de septiembre durante cuatro horas, en esta ex cantina el recorrido invita a permanecer en la mixtura entre pintura, vidrios corroídos y la hospitalidad del barrio que en una complicidad fraternal con Alejandra hacen del evento una celebración en muchos sentidos.

¿Por qué elegiste hacer convivir la muestra con talleres?

Para involucrarnos. Acá yo retomo lo de la justicia y lo del trabajo con el otro. Me reconozco como una trabajadora del arte, me gusta pintar a quienes trabajan y me gusta reconocerme ahí. Que no haya diferencia. Por eso cuando venís a esta muestra parece que pasa de todo. Los talleres los dan toda gente del barrio, porque también me interesaba poner en juego el oficio.

¿Cobra un sentido más transversal el encuentro o el involucramiento después de la pandemia?

Sí y es una belleza. Las dos palabras que pueden sintetizar este momento son “emoción e impacto”. Yo veo mucha gente muy emocionada atravesando la muestra y llorando. Eso tiene que ver con el encuentro y el pensar en lo comunitario como un modo de vivir, tanto en la obra como en lo personal.

¿Hay algo performativo ahí?


El trabajo de los retratos de los trabajadorxs del puente tiene mucho que ver con un trabajo que hice en Rosario sobre los pescadores en la serie “Río”. Yo iba, me sentaba en la pescadería, nadie entendía porqué estaba ahí. Después empiezan a ver que vas y que volvés, que te quedas. La pintura tiene eso, que no es un instante. Tiene un tiempo que permite el involucramiento con gente porque empezás a formar parte de su vida. Y si. Que gente por organizaciones sociales y barrios populares de pronto estén en el Proa o que los pescadores estén en el Museo de Arte Moderno de Rosario, es performativo. Eso a mí se me da naturalmente.
Ficciones de lo real

La muestra está curada por Adriana Lestido y Carlos Herrera, Alejandra sigue merodeando de abrazo en abrazo. En las columnas entre estas escenas inmensas se lee: “¿De qué se trata hoy hacer un retrato? Mejor. ¿De qué se trata ahora hacer un retrato para Alejandra Fenochio? Calle y sus habitantes silenciosos dan cuenta de un procedimiento que la artista- que elige la nobleza y la laboriosidad de la pintura para diseñar su obra- viene ahondando desde años”. Desde la época en que la misma Alejandra contaba que pintaba en un baño porque era el único lugar donde podía, ahí entraba la tela y ella. El texto sigue: “en esta muestra de obras selectas de gran tamaño estalla ante nuestra mirada como un escupitajo que nos alerta y mancha con una realidad que es evidente, silenciosa y tachada”.




Ante su afirmación “cada vez veo más” este mismo texto, añade: “Fenochio no teme mirar a sus retratades, los ojos de los cielos oscuros, de los animales y de las personas que ya no reinan la ciudad, ni esta ni ninguna. La paleta barroca, necesariamente oscura y que construye formas abigarradas, viene a hablarnos de estos tiempos en los que la oscuridad se apropia también de los momentos en los cuales debería reinar la luz y se hace invisible durante la noche”.

Al salir de esa sala onírica, de frente, hay otra tanda de cuadros pequeños, hechos con maderitas siguiendo el oficio paterno. Otros escenarios: un tanque de agua, el cielo y el río. “Tengo muchos temas” dice, y se detiene frente al muelle que forman varios cuadritos. La preocupación por la bajada del río Paraná también está en sus pinturas, esa corriente que de tanto desecho hizo flores ahora se transforma en un ecosistema en riesgo.

La lluvia del fin de la jornada repliega a lxs talleristas, el reparo también es comunitario. Alejandra sigue con su coreografía de abrazos, en las manos contiene una cajita que le acaban de regalar. Tiene el mismo brillo que los vidrios. Dice que le pidieron que la abra cuando esté sola. Para eso todavía falta. Hacemos la última pasada por la muestra, la sensación de no querer irse también es compartida.

Tenés cuadros enormes y cuadros muy pequeños ¿No hay un término medio?

No, no pinto medianito. Muchas veces vienen los galeristas y me dicen ¿no tenés algo más medianito? Cuando empecé a pintar los cuadros chiquitos, que tengo como 2000, los armaba con pedacitos de madera del taller de carpintería de mi papá. Entonces eran todos hiper irregulares, y la verdad es que sigo armándolos con maderitas que sobran. Los grandes me llevan un año de trabajo, así que en esta muestra imaginate el tiempo de vida que hay.

¿Cuánto?

Toda una vida.

Alejandra tiene mucho trabajo por delante. Los enormes cuadros de “Calle” se transformaran en afiches para las paredes del barrio, más cerca aún. “Para que pases y los veas, todo un recorrido”. Así como la “Kuka” en el mural frente a su casa, también estarán las escenas de las criaturas.

¿Qué te conmueve ahora ?


El encuentro, el abrazo y poder celebrar la vida cuando hay tanto muerto alrededor.

domingo, 6 de junio de 2021

Palabras para Julia, radiografía de una canción - un canto a la esperanza y a la solidaridad.


por Victoria Geijo 
Dosrius, Barcelona, Spain
sábado, 29 de mayo de 2021

“Si tuviera que volver a vivir todo lo que he vivido, preferiría no volver a vivirlo”
(José Agustín Goytisolo)

Hay canciones que llegan al alma y se quedan allí a vivir, poemas que son canciones y canciones que son poemas. 
El jueves pasado, mi compañero de luchas sindicales Jaume Roig me envió un correo que decía: “Palabras para Julia” radiografía d’una cançó, con un montón de versiones y enlaces. 
Me pareció una buena idea profundizar en ello y dedicarle un espacio en mi blog. 
Ese poema-canción y viceversa es, pues, el protagonista de esta noche.

Julia y su padre. Foto UAB

De todos es sabido que “Palabras para Julia” es un bellísimo poema que José Agustín Goytisolo escribió para su hija cuando esta tenía solamente siete años y que Paco Ibáñez hizo canción convirtiéndolo pronto en un himno de resistencia, en un canto a la esperanza y a la solidaridad. 
Lo leo y releo, la escucho una y otra vez, y siempre, siempre me conmueve. 
Porque en sus versos lo concentra todo: alegría y tristeza, dolor y esperanza, soledad y compañía, llanto y risa, todo ello desde el amor de un padre a su hija. 
Julia lleva ese nombre por deseo de su abuelo paterno pues era el nombre de su esposa, Julia Gay, cuya muerte, acaecida el 17 de marzo de 1938 durante el famoso bombardeo del Coliseum de Barcelona por parte de la aviación italiana, tanto impactó en el escritor catalán y sumió en el más profundo dolor a la familia.

Él tenía 10 años y su madre había salido de casa para ir a comprarle un regalo. 
Ya nunca volvió. Este trágico acontecimiento marcó para siempre su vida y su obra. 
Así que, de alguna manera, estas “palabras para Julia” son al mismo tiempo palabras de ánimo y esperanza dirigidas a su hija, y un recuerdo amoroso de su madre.

El poeta y Julia. Fotografía de El Mundo

Tanto críticos literarios de la Universidad Autónoma de Barcelona, donde existe una catedra que estudia al poeta, como la misma Julia Goytisolo están de acuerdo que este poema refleja el deseo del autor de que su madre lo hubiese escrito para él; que hubieran sido unas “Palabras de Julia, como parte de ese vacío que sucedió a la tragedia. 
Por ello, en este poema se mezclan de alguna forma sus sentimientos de admiración por la madre que quedan reflejados en el cariño y amor por su hija: la madre muerta, la mujer en cuyos brazos quisiera morir, la hija a la que ha de enseñar a vivir a pesar de su propio escepticismo.

La vida, al fin y al cabo, es esa asignatura para la que nunca estamos suficientemente preparados. 
Y la suya transcurrió entre vicisitudes y alegrías, enormes logros y un gran legado. 
Sin embargo, al poeta le sobrevino la muerte de manera trágica el 19 de marzo de 1999. Acababa de cumplir 70 años y hay quienes hablan de que sufría un cuadro depresivo. 
Son muchas las hipótesis que giran en torno a la temprana partida del escritor, aunque la más plausible es que fue un suicidio. 
Esta postura se justifica en la frase que el mismo autor emitió en su último cumpleaños: “Si tuviera que volver a vivir todo lo que he vivido, preferiría no volver a vivirlo". 
El cuerpo de Goytisolo fue hallado en la calle Marià Cubí tras caer de una ventana de su domicilio de Barcelona, dejando huérfana la poesía española. 
La familia, sin embargo, tal y como explicó el diario El País, rechazó rotundamente que se arrojara voluntariamente. 
Por el contrario, anunció su deceso como un desafortunado accidente.

Gil de Biedma, Carme Riera, Carlos Barral y
J.A Goytisolo en la UB. Foto El Mundo.

Estas palabras que Carme Riera le dedica a su amigo nos ayudan a conocer al hombre que había detrás del poeta. Ella tampoco creyó que fuera un accidente.

José Agustín se fue por un azar absurdo. “El viaje no le importa” había escrito en el último verso del poema que cierra su último libro publicado, “Las horas quemadas”, refiriéndose a sí mismo, desdoblándose en otro, un recurso que siempre le gustó emplear y que iba mucho más allá de lo poético. 
Dos días antes, se habían cumplido sesenta y un años de la muerte de su madre.

Dicen que el encuentro entre la música y la poesía es a veces circunstancial y extraño, tal y como les ocurrió a Goytisolo y al cantautor. José Agustín recuerda el primer día en que se encontraron, con estas palabras:

"… Paco llegó a mi casa con una guitarra... al fin comenzó a explicar que le gustaba poner música y cantar ciertos poemas de ciertos poetas. Eso debió ser en 1968 o por ahí, no recuerdo bien... lo cierto es que al poco de charlar ya estaba cantando poemas... 
Me quedé asombrado: su música y su voz daban una dimensión nueva y para mí desconocida a la letra de aquellos poemas ... y sin avisar, cantó dos o tres poemas míos. 
Me asusté. No tuve tiempo para sentirme halagado, porque me asusté. 
Me parecían de otra persona, escritos como para ser cantados, o hechos cantando... sus canciones, no los poemas, eran algo nuevo, hermoso, sorprendente pero también con sabor añejo, entre medieval y renacentista, y en todo caso, trovadoresco...". 
Terminada la reunión, Goytisolo emocionado le regaló a Ibáñez unos versos en borrador, donde aparecía el poema "Palabras para Julia". Así se inició una intensa amistad.



La canción, con acompañamiento de guitarra y violoncelo, se incluyó por primera vez en el disco “Paco Ibáñez 3” (1969). 
El autor del diseño de la carátula fue el pintor Antonio Saura. 
Posteriormente, el poema fue incluido en “Palabras para Julia y otras canciones” (Laia, 1980), en cuyo prólogo Manuel Vázquez Montalbán afirma que en el conjunto de la obra poética de Goytisolo pesa sobre todo "la asunción del relativo poder de la palabra y la propuesta de utilizarla para enseñar a querer y a vivir".
Julia la oyó cantar por primera vez en Colliure, cuando tenía doce años y todavía no alcanzaba a comprender su significado. Fue Paco, su intérprete, quien le desveló que la Julia del poema era ella.




La propia hija del poeta confesó que durante muchos años de su vida le costaba asumir el peso del poema. 
Se había convertido sin pretenderlo en protagonista de esa lucha por el futuro y la esperanza, la gente la miraba con admiración sin haber hecho nada especial y le preguntaban si ella era la “Julia” del poema. 
Con el tiempo fue asumiendo la grandeza del legado que le había dejado su padre.

Pero cuando Paco Ibañez logró la máxima difusión de su canción fue con el doble disco de la grabación de su concierto en el Olympia de Paris, él solo con su guitarra y presentando antes en francés los versos más íntimos y emocionantes del poema. 
Era mayo de 1969, el aniversario del esplendoroso movimiento estudiantil de mayo del 68; Paco Ibáñez, presentado como “La voz libre de España”, fue invitado a cantar en la Universidad de La Sorbona de Paris, en el salón Richelieu, que se quedó corto porque los estudiantes empezaron a llenar todos los espacios hasta hacer “sudar las paredes”, como diría el mismo Paco.



De alguna manera, este recital se repitió en diciembre de ese mismo año en el Olympia. 
Una multitud increíble invadió el aforo del teatro y Paco Ibáñez acompañado otra vez tan solo de su guitarra, realizó uno sus conciertos más asombrosos, aprovechando ese fervor que existía en Francia con la lucha de los estudiantes y el espíritu de resistencia en contra de la dictadura del llamado Generalísimo Franco (a quien Paco irónicamente llamaba el criminalísimo). 
Los aplausos no cesaron en ese mítico concierto cuando anunció aquello de: “De José Agustín Goytisolo: Palabras para Julia. Paroles pour Julie”. Podéis escucharlo en el minuto 46 de esta grabación.


50 años: Paco Ibáñez en el Olympia (1969-2019)


De él diría el crítico francés Jean Wener después de la primera de muchas de sus actuaciones en París: ''Quién hubiera imaginado que una multitud increíble iba a invadir los accesos del Olympia... y todo por ese muchacho simple, distendido, que después de un recibimiento tan fogoso como no recuerdo haber registrado más que en personajes como Toscanini, Chaplin, Robeson, se puso a cantar acompañado por su guitarra''.
Dicen en algunos foros que las siguientes palabras las dijo el cantautor en una entrevista allá por 2013. 
No la he encontrado, esa es la verdad, pero bien podrían ser suyas.


En tiempos de ignominia como ahora, a escala planetaria, y cuando la crueldad se extiende por doquier fría y robotizada, aún queda buena gente en este mundo que escucha una canción o lee un poema; es el canto, la voz y la palabra, única patria que no pueden robarnos, ni aun poniéndonos de espaldas contra el muro.
Que nadie piense nunca: “No puedo más y aquí me quedo”. Mejor miradlos a la cara y decid alto: “Tirad, malnacidos, somos millones y el planeta no es vuestro”.



Pero, volvamos a la música. Muchas son las versiones de este tema. 
En el blog de Fernando G. Lucini constan hasta hoy 31 versiones. Parémonos en algunas de ellas. 
Una de las primeras la hizo Rosa León en 1984 para su disco “Cuenta conmigo”. 
Pero me gusta muchísimo más en su disco en directo “Amigas mías” de 1986.



Seguiremos con una versión flamenca preciosa de Bebe con Antonio Ranki y Jesuli a la guitarra, en la presentación de la película Princesa de África:



Antonio Ranky y Bebe a la guitarra Jesuli - Palabras Para Julia

En Sudamérica, es un himno de resistencia para las generaciones que han padecido alguna dictadura, durante los mítines o en cárceles y centros de tortura de Chile, Argentina y Uruguay. He aquí las versiones de Liliana Herrero con el pianista y compositor Lito Vitale, y otra de Mercedes Sosa.

Liliana Herrero │Palabras para Julia


En noviembre de 2016, en el estudio Toresky de Radio Barcelona de la Cadena Ser, se presentó el libro solidario Vull tot això, hecho a partir de otro poema de Goytisolo, “Quiero todo esto”. 
En la presentación, Rosalía interpretó nuestra canción de esta noche. 
Todos los beneficios del libro se destinaron a la compra de juguetes en el marco de la campaña de Navidad Cap nen sense joguina (“Ningún niño sin juguete”).


Rosalía versiona "Palabras para Julia" en la presentación del libro "Vull tot això"

Ahora, escuchemos algo muy diferente. 
Una de las versiones que más predicamento tienen en las redes es la de Los Suaves, una banda española de hard rock formada en Orense (Galicia) que rescata alguna estrofa más del poema.


Los Suaves - Palabras para Julia - Viñarock 2004

Qué bien le va el flamenco a esta canción. A continuación, la versión interpretada por Reina Roja que forma parte de su primer disco “FlamenCopla”. Brutal.

Palabras para Julia - Reina Roja

También Ismael Serrano hizo un videoclip con su personal adaptación. 
Es una de las delicias acústicas que pueden encontrarse en “Todavía”, uno de los discos más personales de su carrera. “Palabras para Julia es una de las canciones que han marcado mi vida”, dijo a través de sus redes sociales.


Ismael Serrano - Palabras para Julia ("Todavía" en Acústico)

Otra versión flamenca. La cantante y socióloga Lourdes Pastor la incluyó en su tercer álbum de estudio “La Revolución a la vuelta de la esquina”. “Un quejío gitano que recuerda al cante más añejo, envuelto en una personalidad libre y revolucionaria”. 
Colaboran Sandra Carrasco y el pianista flamenco Pablo Rubén Maldonado.

Teaser "Palabras para Julia" - Lourdes Pastor
En 1995, Niquel también versionó el poema de Goytisolo. 
Níquel fue una banda de rock-pop y blues, cuyos principales referentes fueron el compositor y cantante uruguayo Jorge Nasser y el guitarrista argentino Pablo Faragó, y cuya actividad se extendió entre los años 1985 y 2001. 
En 2020, la banda se reagrupó pero sin Faragó.


Niquel - "Palabras para Julia" - Video clip Oficial

Dos clásicos de la canción argentina, Jairo y Juan Carlos Baglietto, se asociaron artísticamente en 2018 para montar su espectáculo “Historias con voz” del que formó parte Palabras para Julia.


Jairo & Baglietto - Palabras Para Julia (En Vivo)

El 9 de octubre de 2008, Raimundo Amador, Kiko Veneno, Peret y Muchachito Bombo Infierno, intervinieron en el programa “No disparen al pianista”, con esta canción. Lo dicho. 
El flamenco le da no sé qué…



Estas son las 12 versiones (11 más la de Paco Ibañez) que más creo que más aportan. 

Pero todo va a gustos. Como siempre, si alguno de los que os habéis pasado por aquí tiene cariño a alguna versión en especial no tiene más que decirlo que aquí tendrá un hueco.

Para acabar, un muy interesante trabajo de RTVE que realizó Juan Carlos Ortega en el programa “La Mitad Invisible”. 
En él podemos escuchar a Julia Goytisolo, Asunción Carandell, viuda de José Agustín, Carme Riera y el crítico musical Pere Pons. 
En este reportaje, además aparecen el propio José Agustín Goytisolo, Paco Ibáñez e incluso a Los Suaves para llegar a conocer la dimensión del poema y de la vida y obra de su autor, con muchos detalles personales relatados por gente tan cercana.


Palabras para Julia de José Agustín Goytisolo

Se acabó por hoy, no sin antes darle las gracias a Jaume por motivarme a sumergirme en estos versos, hoy ya universales. 
Y ya sabéis; parafraseando al poeta: “Nuestro destino está en los demás / nuestro futuro es nuestra propia vida / nuestra dignidad es la de todos”


Mi ejemplar


Buenas noches. Bona nit. Καληνύχτα. مَساءُ الخَير . Gabon. 굿나잇. Boas noites. 晚安 Bonne nuit グッドナイト Buonanotte. לילה טוב. Oíche mhaith. Wengi alus. Bones nueches. اچھا شام Noson dda. Good night. Спокойной ночи. Guten Abend. শুভ রাত্রি. Laku noć. Bon lannwit. Fie. God nat. Usiku mwema. Oimore. Fanaanal ak jàmm!.

Cuidaos mucho que ya falta menos.



Otras fuentes

https://blogs.hoy.es/musica-en-el-tiempo/2018/06/03/palabras-para-julia/
https://www.elperiodico.com/es/actualidad/20090325/julia-hija-goytisolo-cantautor-paco-12593
https://es.globalvoices.org/2013/12/26/espana-el-ano-2013-resumido-en-10-noticias-y-diez-fotos/
http://elhacedordesuenos.blogspot.com/2020/04/palabras-para-julia-de-jose-agustin.html
https://www.antiwarsongs.org/canzone.php?lang=it&id=44462

lunes, 17 de mayo de 2021

Historia fascinante detrás de esa impresionante escultura



Por Alice Yoo  para My Modern MET




Aunque Paige Bradley tiene algunas esculturas "de marca registrada", Internet llegó y se enamoró de una en particular que está causando que personas de todo el mundo vean su arte por primera vez. 
Es una escultura increíblemente hermosa de una mujer desnuda con un ligero sangrado de su cuerpo agrietado.

¿Cómo surgió esta pieza, llamada Expansión ? La escultora acaba de compartir con nosotros su fascinante e inspiradora historia.

"Concebí esta pieza cuando me mudé por primera vez a Manhattan", dice. 
“Me sorprendió un poco el poder de los curadores y los críticos y cómo todos tenían un sesgo anti-figura sobre lo que consideraban digno de un espectáculo. 
Muchas de estas personas sentían que todo lo figurativo ya se había hecho, y el arte real se trataba de ser un 'Visionario' en lugar de simplemente mostrar habilidad, precisión o talento general. 
Así, la figura había desaparecido generalmente de galerías, museos, colecciones importantes, ferias de arte y otras muestras. 
Los pocos que quedamos, no teníamos lugar para exhibir y nuestra voz no se escuchaba. Muchos escultores figurativos comenzaron a enseñar, como si eso fuera todo lo que podían hacer.

“Si quería quedarme en el campo de las bellas artes, sabía que tenía que unirme a mis contemporáneos y hacer arte 'contemporáneo'. 
Sabía que era hora de dejar de lado todas las habilidades afinadas que había adquirido a lo largo de los años y confiar en el proceso de hacer arte. 
El mundo del arte me decía que tenía que romper mis cimientos, dejar que mis muros se derrumbaran, exponerme por completo y desde allí encontraré la verdadera esencia de lo que necesitaba decir.

“Así que, literalmente, tomé una escultura de cera perfectamente buena, una pieza que había esculpido con precisión durante varios meses, una imagen de una mujer meditando en la posición de loto, y simplemente la dejé caer al suelo. 
Destruí lo que hice. Lo estaba dejando ir todo. Fue aterrador. 
Se hizo añicos en tantos pedazos. 
Mi primer sentimiento fue: '¡¿Qué he hecho ?!' Entonces, confié en que todo se uniría como lo imaginé.

“Fundimos todas las piezas en bronce y ensamblamos las piezas para que flotaran separadas unas de otras. 
Luego traje a un especialista en iluminación y construimos un loco sistema de iluminación para que brille desde adentro. Resultó incluso mejor de lo que pensaba. 
Y lo mejor es que la imagen de Expansión significa mucho para muchos que la ven. 
¡Recibo cartas todos los días! ¡Siento que realmente hice mi trabajo con éxito! "

Además de su historia, Bradley también compartió con nosotros algunas fotos nunca antes vistas de la escultura desde diferentes ángulos. ¡No puedo tener suficiente de estos!



Las versiones de la pieza original se pueden ver en Londres, Reino Unido, en Panter and Hall Fine Art o en Classic Art Gallery en Palm Desert, California. 
El original, que fue fotografiado en 2004 con el horizonte de la ciudad de Nueva York, se subastará.

Asegúrese de visitar el sitio web de Paige Bradley para mantenerse al día con su maravilloso trabajo.

lunes, 12 de abril de 2021

Ruth Matilda Anderson, la fotógrafa que mostró Galicia al mundo

 

La historia de una fotógrafa que inmortalizó la vida y las costumbres de la Galicia de hace 100 años en fotografías de incalculable valor.
por Ivan Fernandez Amil 






El 18 de mayo de 1904 Archer Milton Huntington fundaba en la Avenida Broadway de Manhattan, la Hispanic Society of America, una entidad para el fomento del estudio de la lengua, la literatura y la historia española y portuguesa. 
En la actualidad cuenta con 800 pinturas, 600 acuarelas, 1.000 esculturas, 6.000 objetos decorativos, 15.000 grabados, 200.000 libros (250 de ellos incunables, escritos antes del año 1500) y más de 175.000 fotografías. 
Además, en el año 2017 le fue concedido el Premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional. 
En 1924, Huntington encomendó a una joven e incipiente fotógrafa que documentara la vida cotidiana de los gallegos, que la modernidad amenazaba con hacer desaparecer. 
La joven cumplió con creces y llegaría a tomar más de 5.000 fotografías convirtiendo su obra en el trabajo documental y etnográfico más importante jamás realizado sobre Galicia. 
Esta es la historia de la aventura de Ruth Matilda Anderson por la Galicia de los años 20.


Archer Milton Huntington. https://hispanicsociety.org

Ruth desembarcaba en el puerto de Vigo el 7 de agosto de 1924. 
El vapor que la había traído desde Nueva York junto a su padre Alfred Anderson, que escribiría el diario de su “expedición”, iba cargado con gran cantidad de cámaras y material fotográfico. 
Los dos recorrerían Galicia durante más de un año, hasta el 28 de agosto de 1925, en coche, a pie, a caballo e incluso en barco, para cumplir con el encargo que habían encomendado a Ruth.
Escultura del Cid Campeador en la Hispanic Society of America. https://hispanicsociety.org

Pero su trabajo no se iba a centrar en la Galicia urbana y más conocida, sino en el universo rural, en las clases más humildes y en los elementos más exóticos que podía encontrar para los futuros espectadores de sus fotografías, los neoyorquinos de los años 20.
Campesina en Nigrán. https://www.fotografaspioneiras.com

En Vigo comenzaba su “expedición y de ella dejó escrito que era una ciudad con una gran arquitectura, de calles anchas y bloques regulares. 
En su primer día almuerzan caldo y percebes y recorren los lugares más célebres de la ciudad, observando detenidamente la vida en la ciudad vieja y admirando los preciosos trajes típicos.

Rederas en Marín. https://www.fotografaspioneiras.com

Pasan por Baiona, Cangas, Tui, Mondariz y Pontevedra fotografiando gaiteros, casas tradicionales, hórreos y mariscadoras, recorren la Ría de Arousa y Santiago de Compostela, donde inmortalizan el carro gallego, Lugo, Sarria, Noia y Padrón, donde conocen la lareira y a las mujeres del campo, Muros, Cee y Fisterra donde fotografían trajes de boda y joyería tradicional de la Costa da Morte, y visitan a Coruña durante 15 días, repartidos entre noviembre y diciembre.
Mariscadora en Carril. https://olga-totumrevolutum.blogspot.com

En la ciudad herculina se alojaron en el Hotel Palace, en la calle Real, del que escribieron que era un establecimiento increíblemente lujoso, con lavabos de porcelana y agua corriente. 
Durante sus meses de estancia en Galicia improvisaban cuartos oscuros en sus alojamientos en los que revelaban los negativos. 
Las fotografías a color eran enviadas a Estados Unidos, a causa de su fragilidad, para que fueran procesados allí. 
Su habitación estaba orientada a los jardines de Méndez Núñez y desde ella podían ver un precioso y alto reloj, el Obelisco.
Hotel Palace en A Coruña. https://deandanzasyrelatos.wordpress.com/

En el hotel degustaron queso de tetilla, un “delicioso” queso del país, tras lo cual visitarían la casa de Emilia Pardo Bazán y el mercado de San Agustín donde fotografían a vendedoras, bomberos, militares y policías. 
En el Parque de Santa Margarita asisten al mercado de los cerdos y visitan el matadero del Orzán.

“Leiteira” en A Coruña. https://olga-totumrevolutum.blogspot.com

Alfred escribiría en su diario que en A Coruña estaban comiendo los mejores manjares del mundo.
Vendedoras de queso en A Coruña. https://latemeraria.files.wordpress.com

Su primera aventura finalizaría en Muxía y Vimianzo. 
Para la segunda, del 14 de noviembre de 1925 hasta el 31 de mayo de 1926, volvería acompañada por otra fotógrafa, Frances Spalding.
Vendedores de churros en A Coruña. https://www.afundacion.org

Con toda la documentación recogida durante sus visitas publicaría en 1939 “The gallegan Provinces of Spain: Pontevedra and La Coruña”, una obra con 682 imágenes que se conservan en la colección de la Hispanic Society of America y que nos muestran Galicia y España a través de los ojos de dos grandes figuras protagonistas: las mujeres y los niños, ya que Ruth centraba sus instantáneas en ellos, en su vida diaria, trabajando en casa, en el campo, en el mar o yendo a comprar o vender en los mercados.

Zapatero en Lugo. https://latemeraria.files.wordpress.com

Su obra es el mayor trabajo documental y etnográfico de todos los tiempos realizado sobre Galicia y merece un lugar destacado por la novedad que supuso su recopilación de fotografías sobre las costumbres tradicionales de los gallegos.
Hórreo en Padrón. http://consellodacultura.gal

Como en su momento afirmó Mauro Varela, presidente de Caixa Galicia: “La labor de R. M. Anderson combina una maravillosa mezcla: una metodología minuciosa y perfeccionista en su trabajo de fotógrafa etnográfica y en la documentación complementaria, con una verdadera pasión por nuestra cultura, sus paisajes, sus gentes, su agricultura, su arte, su comida y tradiciones. Hasta que ella llevó a cabo el proyecto de Huntington, ni las actividades de la población trabajadora del campo y del mar, ni la cultura material de Galicia había sido objeto de principal atención para la fotografía de un modo tan exhaustivo.”
Niño pastor en Lalín. http://lamiradafotografica.blogspot.com

Durante la década de 1920 realizaría cinco importantes viajes no solo por Galicia, sino por otras muchas regiones de España. 
Gran parte de los excelentes resultados que conseguía en cada “expedición” eran debidos a la preparación previa. 
Meses antes de cada viaje estudiaba los itinerarios que seguiría, la fauna y flora de los lugares a visitar, sus provincias y comarcas, sus costumbres típicas, sus festividades religiosas y civiles y se informaba sobre su historia, su arquitectura, sus obras de arte y su literatura.

Casas de pescadores en Vigo. https://olga-totumrevolutum.blogspot.com

Ruth trabajaría para la Hispanic Society hasta el 20 de mayo de 1983, día en que fallecía en Nueva York. Tenía 89 años y fue enterrada en el cementerio de Kearney en Nebraska, donde había nacido.
Vendedora de castañas en Santiago de Compostela

En 2017, tras un trabajo de investigación, catalogación y recopilación de más de cinco años en la Hispanic Society of America, se presentaría en la Fundación Caixa Galicia de A Coruña una ambiciosa exposición itinerante con el nombre “Unha mirada de antano: 
Fotografías de Ruth Matilda Anderson en Galicia”, y que muestra 447 imágenes, en su mayor parte inéditas, que muestran la vida de los gallegos en aquellos años 20, documentadas con los diarios de Alfred Anderson y otras fuentes de la época que permitieron acceder a información desconocida hasta ese momento.
Porteadoras en Carnota

El carácter de Ruth le permitía relacionarse con todo tipo de personas, lo que resultó de lo más valioso para su trabajo de campo. 
La norteamericana no censuraba ni valoraba lo que veía o le contaban sobre las tradiciones, sino que se limitaba a registrarlo de manera objetiva. 
Consiguió, de esta manera, captar y documentar la esencia del pueblo gallego, sus labores cotidianas, sus recursos naturales, su paisaje, sus ciudades, sus aldeas, sus oficios, sus creencias, sus costumbres y sus fiestas. 
Los gallegos eran un pueblo devastado por la emigración y la pobreza, pero orgulloso de su identidad y sus tradiciones.

Feria del ganado en Santiago de Compostela

Así fue como una norteamericana acabaría creando el trabajo documental y etnográfico más importante jamás realizado sobre Galicia, inmortalizándola para siempre en sus extraordinarias e inmortales fotografías.
Niña “leiteira” en Noia. https://hispanicsociety.org


Referencias:
ANDERSON, R.M. Unha mirada de antano: Fotografías de Ruth Matilda Anderson en Galicia. Editorial Afundación, 2017.
ANDERSON, R.M. Gallegan Provinces of Spain: Pontevedra and La Coruña. Editorial Hispanic Society of America, 1939
es.wikipedia.org
lavozdegalicia.es
elpais.com
farodevigo.es
fotografaspioneiras.com
disquecool.com
losgrandesfotografos.blogspot.com
globalgalicia.org
elcorreogallego.es
elespanol.com
gciencia.comolga-totumrevolutum.blogspot.com
acorunhadasmulleres.gal
latemeraria.wordpress.com
jesus-manuel.com



viernes, 9 de abril de 2021

Exposición "Nuestras Raíces y mas allá" (Our Roots & Beyond)

 April 04, 2021

por Alejandro Freeland

La Asociación Cultural Latino Canadiense (LCCA) presentó en Toronto, Ontario, Canada la Exposición "Nuestras Raíces y mas allá" (Our Roots & Beyond).

Entre los días 17 y 27 de Septiembre de 2020 en la Gallery 1313.

La inauguración fue el día 17 de Septiembre. Fueron exhibidos artistas latinoamericanos, afro-canadienses, nativos (First Nations), esquimales canadienses (Inuit), mediterráneos y europeos del Este.

La Exposición  contó con el apoyo financiero del Canada Council for the Arts.

Curadores: Alex Freeland & William Huffman

Artistas latinos;  Jesús Mora, Erik Jerezano, Nahum Flores 

Artistas afro-canadienses: Gomo George, Adrian Sawtay Hayles

Artista nativo (First Nations): Nyle Johnston

Artistas Inuit (Esquimales canadienses): Ningiukulu Teevee, Saimaiyu Akesuk, Ooloosie Saila, 

 Artistas mediterráneos: Ana Zinato (Italia), Mustafa Cetin (Turquía), Georgeta Marcus (Rumania)

At the Opening LCCA presented: Roxana and Fabian Belmonte (Argentine Tango Dance)

                                                           

Olga Oliynyk (Ukrainian Music - Bandura)


 

 

En 2015 LCCA presentó el proyecto mural "North-South" con artistas que vinieron de Argentina: Carolina Favale (Cuore) y Luciano Gatti (Ice) y artistas latinos residentes en Toronto: Shalak Attack (Chile), Fiya Bruxa (Chile) y Bruno Smoky (Brasil) - (Essencia Art Collective). 

El proyecto contó con el apoyo financiero del Ontario Arts Council y el Consulado General de la República Argentina de Toronto.

Carolina Favale y Luciano Gatti pintaron murales en el Humber College de Toronto y dieron una conferencia artística para los alumnos de la escuela de arte de dicha institución.

Shalak Attack, Fiya Bruxa y Bruno Smoky pintaron murales en Jenet St. y Lansdowne Av., Toronto.

 


                                                                              Cuore

 


                                                                              Ice

 

 

                                                                 Essencia Collective


                                                                 Essencia Collective


domingo, 4 de abril de 2021

Visibilidad, en tiempos de cuarentena


Desde hace mas de 1 año el COVID19 ha provocado un cambio obligado en nuestras costumbres sociales, las reuniones y eventos se han paralizado en forma parcial y en determinados momentos y lugares en forma total, como forma de combatir el contagio del virus que, aparentemente, ha llegado para quedarse, durante mucho tiempo.

¿Como sera la post pandemia?

Sin ninguna duda las costumbres han cambiado y seguramente al adaptarse a las nuevas necesidades sociales, se acelara el proceso de comunicaciones y reuniones a distancia.

En esta  extraña época del Coronavirus, el arte a traves de las exposiciones en los museos y los eventos, son uno de los rubros mas afectados y como consecuencia inmediata el turismo.

Los museos, galerias, grupos artisticos, la cultura en general, han salido a difundir, sus eventos para no abandonar sus intentos de transmitir y difundir su patrimonio.

Desde reuniones y eventos convocados por las redes sociales, invitaciones a presentaciones hasta grandes movidas de prensa son las algunas de las multiples formas de difundir cada uno de estos eventos, tratando de no perder eficacia en la convocatoria, de eventos que estan inmersos en el oceano de la web.


Un desfile inédito de 22 momias de reyes y reinas de Egipto antiguo, entre los cuales figuran Ramsés II y Hatshepsut, recorrerá El Cairo esta noche para unirse a la nueva morada de los faraones, el Museo Nacional de la Civilización Egipcia #AFP


EGIPTO | El desfile de las momias reales paraliza El Cairo por Euronews


La busqueda de formas de convocar son muchas, pero sin ninguna duda, seran distintas para las convocatorias que, seguramente,  volveran a ser presenciales o mixtas, pero desde ahora no dejaran de difundirse en forma global.